
PORQUE CREER ES CREAR
Salud Integral
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la salud es un estado de bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de enfermedad o debilidad. La salud integral comprende la salud física, mental, social y espiritual a lo largo de todo el ciclo de vida. Incluye la prevención, la detección, el diagnóstico y el tratamiento de todo aquello que pueda significar una pérdida o desequilirio en ese estado de bienestar.
Salud Emocional:
Las personas que emocionalmente son sanas tienen control sobre sus pensamientos, sentimientos y comportamientos. Se sienten bien consigo mismas y tienen buenas relaciones interpersonales. Pueden poner los problemas en perspectiva. Es importante recordar que personas que tienen buena salud emocional algunas veces tienen problemas emocionales o enfermedades mentales. La enfermedad mental con frecuencia tiene una causa física tal como un desequilibrio químico en el cerebro. El estrés y los problemas en la familia, trabajo o el colegio a veces pueden desencadenar una enfermedad mental o hacer que esta empeore. Sin embargo, las personas que emocionalmente están sanas han desarrollado maneras de hacerle frente al estrés y los problemas, siguiendo adelante y superando las crisis (resiliencia). Ellas saben cuándo necesitan buscar ayuda psicológica.
La rabia: La gente a veces no sabe cuál es la causa de su rabia, cuánta rabia están llevando por dentro o cómo expresar rabia. Puedes tener rabia en relación con ciertos eventos, consigo mismo o en relación con las acciones de las demás personas. Además, muchas cosas pequeñas pueden acumularse y hacerte pensar que la vida es injusta. Si te das cuenta de que se está poniendo demasiado irritable o de que está tomando riesgos que no son saludables (tales como tomar alcohol en exceso o abusar de drogas) puedes tener un problema para resolver la rabia.
El estrés: Tu cuerpo responde al estrés produciendo hormonas de estrés. Estas hormonas le ayudan a tu cuerpo a responder a situaciones de necesidad extrema. Pero cuando produces demasiadas de esas hormona durante un período de tiempo largo, las hormonas agotan tu cuerpo y sus emociones. Las personas que están continuamente bajo los efectos del estrés (tensionadas) con frecuencia son emocionales, ansiosas, irritables e incluso depresivas. Si es posible trata de cambiar la situación que está causando su estrés o pide orientación profesional. Los métodos de relajación tales como la respiración profunda y la meditación, y el ejercicio, también son útiles para afrontar el estrés. El estrés puede producir rabia, depresión y ansiedad.
Consejos para equilibrar tus emociones:
- Aprende a expresar tus sentimientos en formas adecuadas. Es importante que la gente que está cerca de ti sepa cuando hay algo que te está molestando. Exprésate de manera educada, asertiva, pon tus límites. Guardar sentimientos de tristeza o de rabia dentro de ti consume energía adicional y puede causar problemas en tus relaciones interpersonales y en tu trabajo o escuela.
- Piensa antes de actuar. Las emociones pueden ser muy fuertes. Pero antes de que te dejes llevar por tus emociones y digas o hagas algo de lo cual podrías arrepentirte tómate tu tiempo para pensar bien las cosas.
- Empéñate por lograr llevar una vida balanceada. Saca tiempo para hacer las cosas que más disfrutas. Concéntrate en las cosas positivas de tu vida.
- Ocúpate de tu salud física. Tu salud física puede afectar su salud emocional y la emocional tu salud física. Cuida de tu cuerpo haciendo ejercicio con regularidad, comiendo alimentos saludables y durmiendo lo suficiente. No consumas drogas, pues sólo dañan tu salud física y emocional. En cuanto al alcohol y el cigarro, de preferencia elimínalos por completo de tu vida. En caso de no desear eliminarlos del todo y ser un consumidor "social" recuerda que nada con exceso, todo con medida.
Manual para conservar caminos:
1] Al principio del camino hay una encrucijada:
Allí puedes pararte a pensar en la dirección que vas a tomar. Pero no te quedes demasiado tiempo, o nunca saldrás de ese lugar. Hazte la clásica pregunta de Castaneda: ¿cuál de estos caminos tiene un corazón? Reflexiona lo necesario sobre las opciones que tienes delante, pero una vez que des el primer paso, olvídate definitivamente de la encrucijada, pues en caso contrario nunca dejarás de torturarte con la inútil pregunta: "¿El camino que elegí era el correcto?" Si prestaste oídos a tu corazón antes de ponerte en movimiento, escogiste sin duda el buen camino.
2] El camino no dura para siempre.
Es una bendición recorrerlo durante algún tiempo, pero un día terminará, y por eso debes estar siempre listo para despedirte en cualquier punto. Por mucho que te deslumbren determinados paisajes, o te asusten ciertos trechos donde hay que esforzarse especialmente para seguir en pie, no te aferres a nada. Ni a los momentos de euforia, ni a los interminables días en los que todo parece difícil, y el progreso es lento. Más tarde o más temprano llegará un ángel, y tu jornada habrá llegado a su término. No lo olvides.
3] Honra tu camino.
Fue tu elección, fue decisión tuya, y en la misma medida en que tú respetas el suelo que pisas, este mismo suelo respetará tus pies. Haz siempre lo más adecuado para conservar y mantener tu camino, y él hará lo mismo por ti.
4] Equípate bien.
Lleva un rastrillo, una pala, una navaja. Entiende que para las hojas secas las navajas son inútiles, y que para la hierbas muy enraizadas los rastrillos son inútiles. Conoce siempre qué herramienta hay que emplear en cada momento. Y cuida de ellas, porque son tus mayores aliadas.
5] El camino va hacia delante y hacia atrás.
A veces es necesario volver porque se perdió algo, o porque un mensaje que debía haber sido entregado se quedó olvidado en un bolsillo. Un camino bien cuidado permite que puedas volver atrás sin grandes problemas.
6] Cuida del camino antes de cuidar de lo que está a su alrededor: Atención y concentración son fundamentales. No dejes que las hojas secas del borde del camino te distraigan, ni que la manera como los otros cuidan sus propios caminos desvíe tu atención. Usa la energía para cuidar y conservar el suelo que recibe tus pasos.
7] Ten paciencia.
A veces es necesario repetir las mismas tareas, como arrancar las malas hierbas o cubrir los agujeros que surgieron tras una lluvia inesperada. Que esto no te enfurezca, pues forma parte del viaje. A pesar del cansancio, y a pesar de las tareas repetitivas, ten paciencia.
8] Los caminos se cruzan:
Las personas pueden explicar el tiempo que hace. Escucha los consejos, pero toma después tus propias decisiones. Tú eres el único responsable del camino que te fue confiado.
9] La naturaleza sigue sus propias reglas:
Por lo tanto, tienes que estar preparado para los súbitos cambios del otoño, para el hielo resbaladizo del invierno, para las tentaciones de las flores en primavera, y para la sed y las lluvias del verano. En cada estación, aprovecha lo mejor que te ofrezca, y no te quejes de sus particularidades.
10] Haz de tu camino un espejo de ti mismo: no te dejes influir en absoluto por la manera como los demás cuidan de sus caminos. Tú tienes un alma que escuchar, y los pájaros transmitirán lo que tu alma quiere decir. Que tus historias sean bellas y agraden a todo lo que tienes en torno. Sobre todo, que las historias que cuente tu alma durante la jornada se reflejen en cada segundo del recorrido.
11] Ama tu camino: sin este principio, nada tiene sentido.
Escuela Tántrica Sivaíta de Madrid